«Chicos tenemos que hablar»

Hace unos años mi caballo tuvo un cólico y mi veterinario dijo: “Susi, ¡elige! O llevas a tu caballo con ese cólico a la clínica y lo operan (con la posibilidad de sobrevivir la operación del 30% y con la posibilidad de sobrevivir los siguientes 15 días después de la operación exitosa con otro 30%), o, no lo lleves y tienes el 50% de posibilidad de que el caballo se muera aquí esta misma noche”.

… muchas lágrimas… matemáticas en la cabeza… (bueno, no vale “pues vendo mi guitarra de 12 cuerdas, la bici de montaña o voy a vender Tupperx…por un tiempo”). Aquí hablamos de un posible gasto de miles de Euros. Y el banco no da crédito para esas cosas.

Una decisión que seguramente algunos de vosotros hayáis vivido. Una situación que no deseo a nadie.

Afortunadamente, mi caballo se recuperó estando en la preparatoria de ir a la mesa del cirujano, pero se quedó tres días en observación y “la broma” solo me costó unos €1.700. Podrían haber sido fácilmente más de €5.000. Nunca pensé que eso me/nos pasaría.

Cada uno tiene (o no tiene) algún presupuesto para el tema de su caballo.

Mi presupuesto al comprar el caballo (vale, hace muchos años) eran:

Caballo: 200.000 Pesetas – para la nueva generación, que no sabe qué son Pesetas, hablamos de unos € 1.200). Para conseguir eso, vendí la guitarra y la moto de campo muy gastada.

Pupilaje: 15.000 al mes (€100) en la cuadra de mi amigo (dejé de fumar que costó exactamente esto).

Silla: Me la regaló mi padre, Zaldi, la tengo todavía, ahora es una silla, que la tengo en el comedor, con la parte bajera de una silla de oficina giratoria (a medida 😊).

Cabezada: Me la regaló mi madre

Vacunas y herrador: Bueno, a vender Avon y Tupperware por un tiempo

¡Ya está! Yo feliz: ¡Tengo un caballo! (Y no pensé en tener un colchón por si pasa algo).

Lo del cólico y los 1.700 Euros ha sido, afortunadamente 20 años después de la compra de mi primer caballo (y era otro), cuando tuve algunos ahorros. (Rezando que eso no me vuelva a ocurrir).

Allí la pregunta:

¿Tienes que ser rica/o para cumplir el deseo de tener un caballo propio?

¡No! Rica/o no, pero debes tener un mínimo de presupuesto en mente y tienes que tener acceso a ese colchón de emergencia, o Mami/Papi/abuelo/abuela, que te echen un cable (posiblemente cable gordo).

Una factura inesperada del veterinario es algo que un propietario de un caballo debe ser capaz de pagar.

 El herrador quizás debería ir más a menudo, pero bueno. (También puedes intentar que vaya descalzo y ahorras en herraduras – aunque el herrador tiene que ir más a menudo -)

Vacunas y desparasitación: No es tan caro.

Muchos veterinarios ofrecen “la Iguala”, que incluye las visitas y “mano de obra” a un precio fijo mensual (mucho menos que tener que pagar una visita del veterinario un domingo por la noche).

Imprescindible: Un seguro de responsabilidad civil para el caballo (se te escapa y corre hacía casa, mientras tomabas una cerveza en el bar y ya está la tragedia).

Un seguro por enfermedad o pérdida del caballo es algo que yo haría ahora, si tuviera un caballo joven. A los más mayores, muchas veces ya no los quieren asegurar.

Bien, ya tenemos a nuestro caballo tan querido y empezamos a publicar en Facebook e Instagram fotos, videos y comentarios de nuestro amor. (¡Fijaros que casi toda la gente que tiene caballo lo tienen como foto de perfil en Whatsapp o Facebook 😊)!

Y como el caballo solo costó unos (yo que se, 2.000/3.000/4.000???), y ya tiene 15 años, pues omito hacer cosas que serían mucho más importante que comprarle otro sudadero en color turquesa (a juego con los protectores y mi camiseta), como, por ejemplo:

  • Hacer la revisión de los dientes una vez al año (“¿y eso porque, si come bien?”)
  • Que vaya el quiropráctico echarle un vistazo (“¿y eso? ¡No le duele nada! O ¿acaso lo ves andar torcido?)
  • Revisar si la silla le sirve (¿para qué? Me va perfectamente. La tengo ya 20 años y montamos todos los días tan felices). Y aquí me gustaría redirigiros al artículo que salió en la EQUIsens Para leerlo, pinchar AQUI

Son solo unas pocas cosas que me vienen a la cabeza. Y como no puedo hablar de los primeros dos puntos, ya que no soy veterinaria, ni quiropráctico, me quedo con el último punto:

Ver si la silla le vale a tu caballo.

Como me dedico ya desde un cierto tiempo a ese tema, os puedo poner algunas razones que escucho de propietarios de caballos con las razones de porque “no es necesario comprobar la silla” (y que consta, que yo era la del punto 3 hasta que me enteré del tema).

  1. “El caballo no se queja”
  2. “No veo nada raro en el dorso”
  3. “La silla me va genial” y puedo montar muchas horas con ella
  4. “La silla es bastante nueva, solo tiene … años)
  5. “Fue hecha a medida (hace años) y era muy cara, así que ¡le tiene que servir!”
  6. “Tengo una silla con el puente de la cruz cambiable y con los bastes rellenables con unos insertos y por eso le vale”
  7. “Mi caballo es tan joven y va a cambiar tanto, que por ahora monto con la silla que tengo (hasta que esté más desarrollado)”
  8. “Ui, con la edad tan avanzada que tiene el caballo ya no le voy a comprar una silla nueva”
  9. “El caballo no es mío/lo tengo pupilado por lo que no me voy a gastar nada”
  10. “El valor de una silla nueva a medida superaría el valor del caballo. Me compré un caballo económico porque no tengo más dinero”
  11. “No voy a comprar la silla medida porque cuesta por lo menos 3.000 o 4.000€”

Bien, contestación de los puntos 1 a 5: ¡Leed el articulo mencionado anteriormente!

Punto 6: Eso está muy bien. Aunque os hayan medido el puente de la cruz en su día para averiguar qué puente llevar y os hayan puesto los insertos donde tocaba, hay que seguir mirándolo cada año, ya que el caballo cambia. Si y dónde poner el relleno, se puede ver de la mejor manera con el EQUIscan, ya que no tenemos mirada rayos X nadie.

Punto 7: ¡Ejem!! Justamente el caballo joven debe tener una silla que le valga, que no le empiece hacer daño al empezar, destrozarle ya el cartílago del hombro y dejarlo con la idea: “Autsch, allí viene esa cosa que me duele” en la cabeza para siempre. Cambiará, ¡claro! Por eso es imprescindible comprar una silla que se pueda cambiar las veces que haga falta.

Punto 8: Ahora que ha estado llevándote a ti (o a otros) durante todos esos años y te ha dado tanto placer (o a otros), ¿lo dejas “tirado” y con dolores hasta que se muera? (mmmhhh!!!)

Puntos 9:

Si el dueño/la dueña de tu caballo pupilado lo quiere, quizás podrías hablar con él/ella y compartir los gastos de un ajuste de la silla. Sino, podrías hacer una a medida tuya y al caballo y cuando cambies de caballo, la mandas para que te la adapten al caballo nuevo.

 10 y 11:

¡Vale, o.k.! No todo el mundo quiere o puede gastarse dinero para una silla a medida.

Y ahora saco el gato del saco: (bueno, ya sabéis a qué expresión me refiero):

Hasta ahora, eran los fabricantes extranjeros de alto prestigio, que ofrecían sillas a medida y a precios bastante elevados para mucha gente.

Siempre se dice que en España vamos “años luz” detrás de otros países, como por ejemplo Alemania, en lo que se refiere el tema de los conocimientos del equipo de los caballos.

Pues eso no es de todo cierto, en lo que sí van avanzados es en el interés o conocimiento sobre diferentes temas.

Pero ahora España ha hecho un salto adelantando a Alemania (España 2 – Alemania 1 😊).

No solo ya hay la figura de un “saddle fitter” (ajustador/a o medidor de dorsos de caballos y sillas), sino, tenemos a un fabricante en España, que hace sillas exactamente a medida del caballo y del jinete, sino lo hacen unos precios mucho más asequibles que nuestros “compañeros del norte” (por ejemplo, una de doma por unos 970€).

El fabricante ZALDI, que ya hace sillas a medida desde hace mucho tiempo en Salamanca, ahora además ha adquirido el sistema EQUIscan (https://www.equiscan.de/en/), con el cual puede reconstruir exactamente el dorso de tu caballo, gracias a los 98 ángulos de medición y fabricar la silla a raíz de esas medidas.

Las medidas se obtienen por la medición con el topógrafo EQUIscan y lo gestiona la empresa BIENESTARCABALLO (www.bienestarcaballo.com), que está en plena expansión y actualmente buscando colaboradores para poder ofrecer un servicio rápido en toda España. En la web podéis ver como es el proceso desde la medición hasta la fabricación de una silla a medida.

Click AQUI para ver cómo funciona.

Ahora sí, podemos ayudar a la gente con el bolsillo más ajustado

Y no solamente hablamos de comprar una silla nueva a medida, sino hay muchas más opciones para evitar daño a tu caballo:

  1. Reparar tu silla = rellenar los bastes allí donde haga falta y/o quitar relleno donde sobra (a partir de las medidas tomadas con el EQUIscan)
  2. Cambiar el ángulo del puente de la cruz de la silla, a la medida del dorso de tu caballo
  3. Cambiar completamente los bastes de la silla y poner unos nuevos, hechos a medida
  4. Encargar una silla a medida nueva (consulta la web de Zaldi). La medición y la fabricación a medida tiene un coste aparte.

Bien, estábamos todavía con el: “No tengo dinero”. ¡Ha! Tenemos todavía plan B y C para ti:

Plan B: ¿Los martes y los jueves no puedes montar? ¡Busca a alguien que quiera montar esos días (y créeme: ¡Hay gente buscando caballos para compartir/subalquilar! (Yo misma estuve buscando durante un año y conozco muchas hípicas)

Plan C: Crea tu “wishlist” (lista de deseos) en bienestarcaballo.com: Tu elijes lo que quieres, por ejemplo, una silla nueva. Bienestarcaballo te crea un link, que puedes enviar a todos tus amigos y a la familia, para que cada uno vaya colaborando con el importe que desea, por ejemplo, para tu cumple (o si no llega, cumple y Reyes juntos). Tú pones la fecha cuando quieres canjear tu wishlist. Bienestarcaballo te dice (y justifica) el importe recaudado y tú compras lo que querías (puede que tengas más dinero recaudado, o puede que tengas que pagar algo encima). Pero “lo gordo” ya lo tendrás. Para una silla a medida, recogiendo durante un año… ¿No crees que lo puedes conseguir?

Como puedes ver, hay soluciones para tu caballo. En mi opinión, esos son una seria de cosas imprescindibles y gastos mínimos, que se debería tener en mente cuando uno decide comprarse un caballo. Y hay que tener un pequeño colchón siempre, porsi… (¡que no te lo deseo!). No solo se puede calcular con los gastos habituales del pupilaje y herrador. (Igual que con un coche, neumáticos nuevos, averías, revisiones, etc.). No hay nada peor que tener un coche en el taller y no saber cómo pagar la factura (y que no te quede dinero para el autobús). Arrg. Ahora sueno muy gafe…

Lo que gastas ahora, lo ahorras luego en facturas de fisios, quiroprácticos o, en el peor de los casos en pupilaje para un caballo que ya no puedes montar: Un coche lo puedes tirar al desguace, pero el caballo lo mantendrás – quizás cojo para siempre- por mucho tiempo. Y te quedas pagando por un caballo y sin poder tener a otro más. (y todo lo que te digo no es para asustarte, sino porque me pasó a mi).

Para mi (como para mis amigos quiroprácticos y fisioterapeutas equinos), lo peor de lo peor es escuchar de gente que tiene el dinero para una gestión de arreglar la silla Y que ya saben que su silla no sirve a su caballo y que le están haciendo daño cada vez que lo montan te digan: “No lo siento, ahora no me viene bien”.

No importa la edad o lo que costó tu caballo. Si tú lo amas: ¡Piensa en su bienestar!

Yo también tuve que aprender todo esto y desearía que alguien me hubiera contado todo eso y haberme ofrecido esas opciones hace años, antes que cargarme mi caballo con la silla mal ajustada. Aún me duele en el alma.

¡Ánimo! ¡Vende esa guitarra y la bici que no usas y gasta el dinero en tu caballo!

Os saluda

Susanne Nagel

Creadora y propietaria de la empresa BIENESTARCABALLO (www.bienestarcaballo.com)

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